Aunque en el fondo todos seamos unos gordinflones que babean a la mínima que vean un pintxaco de tortilla, especialmente a la 1 del mediodía, siempre agradecemos alegrarnos la vista con un platito bien preparado. Cocinar bien es difícil, pero que además quede bonito requiere no sólo tener un don divino únicamente alcanzable para las mejores mamás, sino también una buena idea, método y, sobre todo, paciencia.
El arte hecho con comida es, naturalmente, el arte más sabroso de todos y hay que controlar los impulsos para no hincarle el diente y destrozar la obra. ¿Qué mejores materiales para crear que los que la propia naturaleza nos da? Si un simple plato lleno de verduras variadas es lo más bonico que hay, imaginad si las ordenamos para que quede aún más espectacular.Pero lo que hace especial al arte con comida es, sobre todo, su naturaleza efímera. Un día resulta apetitoso, al día siguiente huele mal. Hay que sacarle la fotito cuanto antes.
Durante siglos la comida ha sido retratada en el mundo de la pintura, muchas veces como único protagonista. Ahora le toca a ella crear la propia obra.
La singapurense y creativa Samantha, creadora del blog EatzyBitzy, juega con la comida para educar a sus dos hijas en el buen comer y para que les brillen los ojos cada vez que se sientan en la mesa. Y no es para menos la reacción de las niñas, ya que sólo ver sus creaciones ¡nos derretimos de la monosidad y cuquismo que rebosan!
Un personaje muy pero que muy distinto es Giuseppe Archimboldo, un pintor italiano del Cinquecento. Probablemente, estando un día en el huerto, al amigo Giuseppe le dio por combinar todas las verduras que encontró y le quedó tan bonito que, tras lamentarse de que todavía no se hubiera inventado la cámara de fotos, sacó el lienzo y la paleta y se puso manos a la obra, a plasmarlo antes de que se pocharan.
Recuerdo ver unos cuantos óleos suyos siendo muy pequeña, y quedarme pasmada con todos los detalles de cada una de las piezas de comida que formaban sus retratos, y hoy por hoy todavía me cuesta dejar de mirar.
Se ponen como un tomate
Recuerdo ver unos cuantos óleos suyos siendo muy pequeña, y quedarme pasmada con todos los detalles de cada una de las piezas de comida que formaban sus retratos, y hoy por hoy todavía me cuesta dejar de mirar.
Archimboldo, con su peculiar arte, creó un estilo propio que marca muchas obras anónimas que podemos encontrar en la basta e infinita red.