Imagina trabajar en el equipo de animación de Los Simpson. Tras pasar el día entre pieles amarillas, pelos azules, ojos saltones y situaciones demenciales, lo que más te apetecería al llegar a casa sería descansar la vista y la mente con un relajante baño.
Pero Liz Climo no es una persona corriente. Ella tiene su propio método para desconectar del trepidante estudio de Los Simpson, y no consiste en dejar de trabajar. Ella dibuja más y más. Aunque con una diferencia: las ilustraciones que hace al llegar a casa no se parecen en nada a las que hace en el trabajo.